Era mi primera vez en un preestreno de cine animado. No sólo me interesaba descubrir una producción animada como Justin y la Espada del Valor (el título esta vez lo pongo en castellano, que es una producción española con doble cartel, en español e inglés), también me interesaba ver al actor que apadrinaba el proyecto: Antonio Banderas. Y me interesaba descubrir cuántos niños y cuántos adultos vería en la sala. Y me sorprendió encontrarme con tantos peques como gente mayor interesada en la animación.
Desde mi sitio favorito –siempre debajo del haz de luz-, tenía una vista privilegiada de la sala y las reacciones de los espectadores más pequeños (porque ellos no se limitan a sonreír: se mueven, saltan, gesticulan). Además, tenía a un par de personas de incógnito delante, relacionadas con la película, y se notaba esa mezcla de nerviosismo y expectación en el aire. Me gustó escuchar a Antonio Banderas hablar con pasión sobre este y otros proyectos animados en los que ha trabajado. La verdad es que me contagió el entusiasmo.
Una vez la peli empezó, la sala aplaudió emocionada. Se podía sentir la emoción de todas esas personas que trabajaron tanto tiempo para ver el resultado en pantalla. Ellos tenían más ganas que nadie de ver el resultado. Posteriormente, el silencio. Posiblemente, todos atentos a la reacción del público. Y yo, muy atenta a los peques que me rodeaban.
Lo primero que me llamó la atención fue que yo sonreía más que ellos. La verdad es que Justin y la Espada del Valor tiene muchos detalles que sólo entendemos los adultos. Los peques reían con los golpes y las acciones heroicas, nosotros con las bromas y los guiños que nos iban dirigidos. Y confieso que me encantó ver al niño sentado a mi lado vitorear y aplaudir al final, ¡estaba encantado con la gesta de Justin!
A nivel animación, la peli está bien. Tiene detalles más trabajados que otros, pero me pareció bien realizada. Sobre los personajes, mi favorita es Talía. Me pareció un personaje femenino muy fuerte. No me gustó nada que uno de los villanos tuviera “pluma” (me ha sentado bastante mal el personaje, y no precisamente porque tenga “pluma”: porque es exagerado y porque es un villano. Mal mensaje).
Quizás hay demasiados tópicos para mi gusto. Se nota que se siguió la norma en la historia y los personajes, pero se exageró demasiado con algunos. Lo que sí me gustó mucho de la historia fue (SPOILER) que Justin se quedara con la chica normal que se fijó en él por su personalidad. Nada nuevo, pero sí un buen mensaje.
Al final, después de los aplausos de rigor, sólo quedábamos en la sala los que trabajaron en el proyecto, los que iban saliendo y… yo. Yo, que siempre me quedo hasta el final de los créditos por respeto a toda esa gente que puso su alma y su tiempo en crear algo para los espectadores. Me quedé allí, viéndoles vitorear al leer sus nombres, hacer fotos a la pantalla y felicitarse unos a otros. Ese momento fue mi favorito del preestreno. Me dieron ganas de saludarlos uno a uno y felicitarlos por su trabajo. Creo que esas caras de alegría se quedarán conmigo por mucho tiempo.
Puede que Justin y la Espada del Valor no haga historia, pero para esa gente sí la ha hecho. Un proyecto así, con todo el trabajo y el esfuerzo que conlleva, con las dificultades que atraviesa la industria, es un gran logro. Y aún si no gana Oscars y no llega a los libros de Historia del Cine, ha marcado la vida de muchas personas. Es verdad que pensarlo me ha hecho valorar la peli mucho más, pero no quita que haya cosas que crea que se pueden mejorar. Siempre se puede mejorar, y espero que haya otra oportunidad para toda esta gente de hacernos pasar otro buen rato con su trabajo. Mis felicitaciones a todos, y por muchas pelis más.
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