Ir al contenido principal

Otto e Mezzo, Nine… Dos idiomas, dos mundos y dos visiones para una historia

 

Debo reconocer que la idea de llevar Nine al cine no me parecía muy buena. La razón: Nine es un musical de Broadway que está basado en una película, 8 e 1/2 de Fellini, y que está, según dicen, inspirada en la vida misma del director –más o menos lo que es la película en sí. O sea, tenemos un círculo vicioso. Not so good.
De todas formas, el trabajo de Rob Marshall me gusta, el elenco es fantástico –empezando por Daniel Day Lewis, que es uno de mis actores favoritos. Y si sumamos a esto que está nominada en más de una categoría a los Oscars, bueno, era un poco obligación para mí verla.

Así que, luego de una revisión obligada al original de Fellini, y sin mucha idea de lo que me podía encontrar del musical, me presté a experimentar el círculo vicioso.

Si bien en un principio pensé que se iba a tratar de una mezcla de remake de 8 e 1/2 con el musical –cosa en la que no me equivoqué-, debo reconocer que no me ofendió tanto que así fuese. Y digo que no me ofendió, porque cuando una remake imita casi en su totalidad al original y no es un buen homenaje, me ofendo con el director que la realiza.

La cuestión es que, después de rezongar por lo bajo durante parte de la película –exactamente entre el primer y segundo número musical- porque estaba viendo lo mismo que hizo Fellini, pero a color y con actores de renombre; llegó el momento en que entendí que no estaba mal que fuese así.

Muchos se quejan de que es una imitación barata de Fellini, que Rob Marshall no está a la altura, que la película es un truño, que le quita el valor artístico que le dio el italiano, etc… Esos, se olvidan que Fellini tenia por regla principal entretener a la gente, que su cine fuese algo popular, alegre. Y eso Rob lo hace perfectamente.

Sí, Fellini era un genio –y es, yo creo, el único director italiano que me gusta ver, porque justamente NO ME DEPRIME-; y por eso mismo deberíamos entender que Rob Marshall no quiere ser Fellini, sólo le hace un homenaje mezclando una remake de la película con el musical de Broadway. Es lo que es, y dejemos de darle tantas vueltas.

Y que si no te gustan los musicales no te ofendas, no los veas, no te quejes de que se quiera llevar “la obra maestra de Fellini” a otros públicos. Ni que fuesen reliquias privadas – las películas están hechas para TODO EL MUNDO. Todo esto, por supuesto, me lo digo a mí misma. Y a quien quiera que tenga la mente tan cerrada como yo a veces (descontando que a mí los musicales me encantan, claro).

Bien, siguiendo con Nine… Los números musicales están monísimos. Judi Dench, genial. Penélope en el papel de Carla está perfecta (muy buen casting, y ¡muuuuy bien Pe bailando!). Kate Hudson me sorprendió y me recordó a su madre, Nicole Kidman tan hermosa como siempre (niña, deja el botox, que te quita expresión y una actriz vive de sus expresiones).

Sophia Loren está bien (aunque podría estar un poco mejor, otra que abusa de los retoques faciales). Y Marion… bueno, ella está hermosa y es una Luisa que no parece tanto la original (cosa que me gustó). Daniel es el de siempre, aunque debo decir que la película no le da la posibilidad de demostrar su rango actoral –dejando de lado ciertas escenas, donde con una mirada logra que a uno se le remueva todo-.

¡Y me olvidaba de Fergie! Pobre niña, que me la hicieron engordar para hacer el papel que más me gusta de la película. Me parece que no hacía falta engordarla para eso, pero bueno, son cosas poco importantes.

La canción que está nominada al premio Oscar es muy buena, y me muero de ganas por verla: ¿La interpretará Marion? ¿Hará el número completo? Ojalá lo gane, que me gustaron mucho los números musicales.

Eso, los números musicales, que esta película es un musical. Que ya me olvidaba con toda la tontería de querer compararla con la de Fellini. Si bien quizá no es el mejor musical de la historia –que no lo es, vamos-; tampoco es para criticarle tanto.

Que está bien, que es entretenido, que la fotografía es preciosa, el vestuario muy atractivo (¡quiero el traje de Pe y el de Kate en sus números musicales!), que los actores hicieron un trabajo muy bueno. Resumiendo, que es un musical. Y al que no le guste, que no gaste dinero en verla. Y si ya lo hizo y se arrepiente, que no se queje.

Comentarios

  1. La verdad es que me decepcionó este musical del que esperaba mucho y sin embargo me dio poco...algunos números musicales son interesantes y en especial el último que se marca Marion Cotillard, desde mi punto de vista lo mejor de la cinta

    ResponderEliminar
  2. Yo es que no me esperaba mucho, en realidad estaba casi segura de que no me iba a gustar. Chicago me gusta muchísimo, cuidado, pero es que sabía que en el fondo no había manera de mejorar a 8 e 1/2, y por eso no me esperaba un gran musical.
    El número de Marion es el mejor por lejos, pero el de Fergie también me gustó muchísimo. Igual, me quedé con las ganas de ver la escena de la fantasía del harén de Guido (que supongo se quiso recrear en el inicio de Nine).

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Habla! ¡Te leo!

Entradas populares de este blog

Lugares de cine: las localizaciones de Pulp Fiction

Cuando era pequeña era muy fan de John Travolta (aún lo soy), y veía todo lo que él hacía. Eso me llevó a ver Pulp Fiction , una película que consiguió sorprenderme y me convirtió automáticamente en admiradora de Quentin Tarantino . En homenaje al 20º aniversario de esa película que me voló la cabeza, he recopilado algunas de sus localizaciones. La gran mayoría de los edificios donde se rodó la película ya no existen, pero pasarán a la historia como escenarios de un clásico. Hawthorne Grill El comedor donde se rodó una de las escenas más famosas del cine de Tarantino ya no está en pie. Se encontraba en Hawthorne, Los Angeles, en el 13763 Hawthorne Boulevard.  Fue construido en 1956 (entonces llevaba el nombre Holly’s), y demolido poco después del rodaje de Pulp Fiction (1994). El piso de Brett El edificio que visitan Vincent ( John Travolta ) y Jules ( Samuel L Jackson ) para vengar a Marsellus Wallace ( Ving Rhames ) tampoco sigue en pie. Se encontraba en la esquina de la Ave

Historia del cine y aspectos técnicos: El Technicolor

Estamos acostumbrados a ver una película en color y ver el famoso logo de Technicolor . Los que se fijan más, seguramente han visto también que está acompañado de una frase que dice algo como: “Color by Technicolor”. Se trata de una marca registrada, y hoy os voy a hablar de ella. El Technicolor es un proceso inventado en 1916 por la Technicolor Motion Picture Corporation . Se trata del proceso de producción y revelado más popular en Hollywood entre 1922 y 195. Su fama se debe a sus niveles saturados de color y ser el proceso utilizado para musicales como The Wizard of Oz , Singin’ in the Rain , y animaciones como Snow White and the Seven Dwarfs y Fantasia . Antes de que el Technicolor dominara la industria, el proceso más popular era el Kinemacolor . Este se usó comercialmente entre 1908 y 1914, y fue inventado por Albert Smith en Inglaterra, allá por el 1906. Se trataba de un proceso mediante el cual se mezclaban y agregaban dos colores fotografiando y proyectando la películ

La familia Barrymore: Lionel, Ethel y John Barrymore, Dolores Costello

La semana pasada comencé a repasar a la familia Barrymore , posiblemente una de las familias más legendarias de la historia del teatro y el cine norteamericanos. Hoy toca continuar ese recorrido con una nueva generación que, como la anterior, supo subirse a los escenarios de Broadway y dejar su huella en Hollywood.  Hoy hablaré de Lionel , Ethel y  John Barrymore , y de Dolores Costello . Estos últimos dos, los abuelos de Drew Barrymore . Lionel Barrymore (28 de abril de 1878 – 15 de noviembre de 1954)  Nació en Philadelphia con el nombre Lionel Herbert Blythe . Comenzó a actuar en teatro junto a su abuela, Louisa Lane Drew , aproximadamente en 1895. Debutó en Broadway junto a su tío John Drew Jr. en 1901. Vivió varios años en París junto a su esposa Doris , y allí nació su hija Ethel . Regresó a Broadway en 1910 y se dedicó al teatro dramático, compartiendo escenario junto a Doris y su hermano John en varias obras.  En 1911 comenzó a trabajar en cine junto a D. W